La permanencia en Liga Nacional se ha convertido en un desafío. Superarlo es solo cuestión de confianza puesto que mimbres hay de sobra para salir airoso. Lo demostró ayer ante el Castellón pese a la derrota en los últimos segundos, jugó con hasta cuatro jugadores del Juvenil B (Robin, Alejandro, Verdú y Carbonell) y con uno menos los últimos cinco, momento que aprovechó el Castellón para ganar cuando más daño hace, en el añadido. Fue sacar del centro del campo y acabarse el partido y entonces... la imagen duele solo con verla. Un equipo destrozado, jugadores tumbados sobre el césped artificial buscando el consuelo en su entrenador, en su cuerpo técnico, en los compañeros que no pudieron jugar por lesiones... Fue triste, demasiado triste. No quiero verlo más, por eso en esta misma página he colgado una foto del equipo tras el gol, ese tanto que Víctor, un gran goleador, logró en los primeros minutos del partido. Y hay que empezar con eso para tirar hacia adelante, porque juntos podéis superar ese reto, porque este equipo no tiene una obligación sino un objetivo.
Algunos podéis recordar aquel espíritu guerrero que os (nos) hizo grandes la temporada pasada. Repasaba en mi mente las imágenes de febrero, en el que empezaba una carrera en la pista de atletismo, un mes trascendental para los intereses del equipo y aquel complicado desafío nos llevó a un nivel de satisfacción increíble. Más adelante la derrota en liga ante el Rayo Ibense, como dolió aquello, pero no habíais peleado tanto para lamentaros, quedaba poco y la liga estaba en vuestra mano. Decía un video de la película Gladiator, que precisamente esta colgado en el blog que “vivir es también estar preparados para situaciones difíciles” (como en la que estáis ahora), tras el Rayo vino el Sant Joan que pagó los platos rotos con once goles y luego el título de campeón en Muro... como corría el cava en La Llometa. Llegasteis lejos porque deseabais enfrentaros a esos desafíos y salir victoriosos. Empezó junio y Gregorio, Cristian, Andoni y Jordi Francés se fueron a la ‘guerra’, ese espíritu guerrero que se transmitió en el equipo fue el que nos llevó a ser grandes, a dar el do de pecho en Valencia en la ratonera del Don Bosco y la Moral y Victoria que lleváis ‘tatuada’ en el pecho os permitió escribir el futuro que hoy es presente, una Liga Nacional en la que si os lo creeis podéis seguir.