Los jugadores del Alcoyano B vivieron en el campo municipal de La Solana de Villena, el peor final de un largo cuento, ese que había comenzado en el mes de septiembre y para el que todos auguraban un final feliz. Pero el fútbol pagó al equipo, que se dedicó a dar espectáculo, con criterio al balón, con técnica y con tantas cosas, con la peor de sus monedas. En el minuto 90 y cuando la prórroga estaba a la vuelta de la esquina, un nubarrón de jugadores dentro del área y un tal Óscar, con el ocho en la espalda, emergió de entre todos y mandó el balón al fondo de la red defendida por Vicedo. No todo estaba perdido, pero levantar la moral en los minutos que el árbitro acababa de añadir era una misión casi imposible. El filial se lanzó al ataque, no bajo los brazos hasta que se oyó el pitido final, aunque su destino ya estaba escrito. Pero la historia pudo ser diferente.
El inicio tuvo dominio blanquiazul, tuvo aproximaciones tímidas por parte de los dos equipos, pero ningun remate llegó al río. J. Ernesto puso el corazón en un puño al peinar un balón, que Vicedo mandaba a córner. Más tarde lo intentaría Julián, pero su tiro desde la izquierda se marchaba muy desviado. Pepe tuvo el 0-1 en la siguiente jugada, pero Cuenca se adelantó a su remate. El Villena realizó su primer cambio, y quince minutos después llegaba el primer gol en ¡claro fuera de juego! Antes de recibir, Simón estaba en posición antireglamentaria, aunque Vicedo no pudo hacer nada para evitarlo, menos hizo el linier. Al filial le faltaba creérselo, chutar, probar de verdad a Cuenca. En el 55 pudo llegar el empate igual que en el 62, en el que Alberto tuvo el empate pero quiso adornar su gol y se quedo sin chutar. En el 75 Alberto no alcanzó a rematar, Jero recibió un codazo brutal y abandonó el campo mareado, y llegó el 90, y las lágrimas.
Jugaron: Vicedo, Jero (Pablo Giner), Miguel, Andrés, Jose Alberto, Saúl, Ignacio, Julián, Adrián (Octavio), Pepe Moiña (Álex) y Alberto.
